En la reciente visita
que realizamos al Parque Ukumarí en el mes de febrero, la Ministra Cecilia Álvarez-Correa, mencionó
que a nivel turístico somos un ejemplo para Perú, y no es para menos, contamos con
factores determinantes para posicionamiento de la región como un destino
competitivo de clase mundial: el Paisaje Cultural Cafetero, la hospitalidad de
nuestra gente, ciudades pujantes y la
ampliación de las rutas y frecuencias aéreas internacionales. Sin embargo,
tenemos grandes desafíos para crecer, uno de los más importantes: incrementar
nuestra oferta gastronómica, vestir nuestra región “a manteles”.
Los incas son
exitosos en esto, Perú se consolidó como un referente gastronómico en el mundo
y sus restaurantes están en el top de las principales listas especializadas en las
principales capitales del mundo. Gracias al liderazgo de personajes como Gastón
Acurio se forjó un movimiento que exploró en la intimidad de sus recetas
ancestrales su esencia como nación, algo que él mismo definió como “la competencia por conquistar a millones de
consumidores que se levantan cada día en busca de nuevas experiencias y que
cada vez son más exigentes”.
Acurio, quien a
propósito figura como caso de éxito en el reciente libro de Andrés Oppenhaimer
como uno de los casos más exitosos de innovación, ha construido un emporio de
37 restaurantes en 11 países que le facturan más de USD $ 100 millones anuales.
Nuestro Eje Cafetero
debe continuar proyectándose hacia el crecimiento, pensando en prospectiva como
un territorio cosmopolita y sofisticado, fomentando una oferta gastronómica de
clase mundial (propia e internacional) con productos ampliamente competitivos e
innovadores, atributos fundamentales para conquistar a los que se dejan seducir
con una variedad de restaurantes de alta calidad que permita complementar la
oferta turística de la región.
Las oportunidades
están allí, según Gastón Acurio, en países como “Turquía, Corea, Singapur, Israel, Filipinas, Marruecos, Colombia o
Hungría se están trabajando importantísimos presupuestos para hacer que sus
gastronomías se conviertan en una poderosa herramienta de promoción y expansión
de su cultura y sus productos en el mundo”. ¿Por qué no lo hacemos en el Eje?,
¿Qué barreras tenemos para hacer lo mismo que Perú y que en algunas ciudades
colombianas?, ¿Cuáles pueden ser los catalizadores para lograrlo y estar
activos en la competencia?
En Colombia ya existe
un importante movimiento gastronómico fomentado por el impulso económico de los
últimos 12 años y el incremento de la actividad turística. En ciudades como
Bogotá, Cali, Cartagena y Medellín se evidencia una industria que va en ascenso
y cuyo gran porcentaje de los visitantes es extranjero, según la
Organización Mundial del Turismo, el
crecimiento colombiano es superior en seis puntos al promedio mundial y 4 con
respecto a países de la región.
Migración Colombia estimó
que en 2014 un total de 4’192.742 visitantes ingresaron al país, hecho sin
precedentes que representa un aumento del 11,9% respecto con 2013 y cuya gran
oportunidad a futuro será el de incrementar una oferta de entretenimiento
acorde con los estándares internacionales.
Según estos datos, predominan
visitantes de Estados Unidos, Unión
Europea y la Comunidad Andina de Naciones, en su orden. Asimismo, el
estudio indica que el principal motivo de visita a nuestro país en un 70% es
turismo y recreación, el 18% viene a hacer negocios y el 12% por motivos de
trabajo.
El primer gran
producto de talla internacional para cautivar este número de visitantes es
Andrés Carne de Res, un lugar genuino cuya experiencia radica en la excelencia
y originalidad en forma y fondo de cada detalle desde el servicio, su menú,
decoración, creatividad y música. Sin duda, un referente obligado para los
visitantes nacionales y extranjeros que destacan lo positivo de su experiencia
a través de redes sociales en esta nueva era de la información.
Otro ejemplo del caso
colombiano y que sirve de referente de turismo y gastronomía para el Eje
Cafetero es Restaurante El Cielo de Medellín, una propuesta innovadora y vanguardista
del chef Juan Manuel Barrientos que desafía cualquier sensación y brinda una
experiencia que sorprende y atrae.
En nuestro país
además de los casos de éxito mencionados, son muchos nombres que están dando grandes
pasos para consolidar a Colombia como un escenario internacional en gastronomía
por ejemplo, los hermanos Jorge y Mark Raush, Leo Katz, Harry Sasson y Leonor
Espinosa en Bogotá, Lola Serna y Carlos Yanguas en Cali y Juan del Mar en
Cartagena. Según la firma de análisis empresarial Losdatos.com citada por el
diario El Tiempo en julio de 2014, 48 marcas de restaurantes, denominados “a
manteles” incrementaron sus ventas en un 13%, al ubicarse en 469.148 millones
de pesos en 2013.
Así como en Perú y en
nuestro país, hagamos que Caldas, Quindío y Risaralda sean protagonistas en
este mapa gastronómico, que generen nuevos espacios de entretenimiento para los
turistas que llegan durante el año. Materialicemos grandes ideas, creemos,
innovemos, seamos receptivos a lo que está sucediendo en el mundo ¡Lo logramos
sofisticando el consumo del café! , ¡Lo logramos potencializando la grandeza
natural y cultural de nuestro territorio!, ¿por qué no con una gastronomía de
talla mundial en nuestras ciudades?
Retomando a Acurio,
el secreto de su éxito radica en compartir
más que en competir como parte
de su corriente de “innovación colaborativa”. Compartamos estas recetas del
éxito y logremos que la gastronomía sea otro fuerte renglón de nuestra
economía.
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