UNA JUGADA MAESTRA PARA LA
COMPETITIVIDAD
El buen momento de las zonas francas es
una realidad, su dinamismo ha permitido aprovechar el potencial de la industria
regional, atraer capital extranjero y generar nuevos puestos de trabajo. Hoy
existen 100 de ellas en el país y podemos afirmar que nuestra economía está
cambiando la forma de producir y exportar.
La figura de zonas francas ha logrado
que el bilingüismo de los habitantes de nuestra costa norte sea potencializado
por el sector BPO, que cada vez más jóvenes se preparen para competir en
tecnología; que los procedimientos médicos de alta complejidad realizados en
Colombia estén en la mira de extranjeros; y que nuestro desarrollo portuario
continúe con su crecimiento dinámico.
Y es que Colombia con su apuesta al
desarrollo de las zonas francas está ganando en productividad y competitividad.
La región Caribe es un claro ejemplo, su liderazgo en crecimiento se soporta en
las inversiones que se estiman en 15,4 billones de pesos y ha generado hasta el
momento 2.233 empleos de los 9.000 proyectados.
Una jugada atractiva para esta región
es la del sector BPO o tercerización
de procesos empresariales, que fomenta inversión nacional y extranjera y capta
gran fuerza laboral. En el país existen seis zonas francas dedicadas a este
sector con inversiones proyectadas de $34 mil millones de pesos. Su impacto
positivo en el empleo es evidente, mientras un call center con su llegada puede contratar a dos mil personas,
cualquier industria tardaría cerca de dos décadas para incorporar a este número
de personal.
El Caribe tiene mucho que ofrecer en
este tipo de servicios, particularmente el departamento del Atlántico cuenta
con altos niveles de conectividad y el 6.6 % de la población en Barranquilla es
bilingüe, lo que indica que existen múltiples oportunidades para el
funcionamiento de call centers para
el mercado angloparlante.
Este posicionamiento del país en la
prestación de servicios ha permitido incursionar en el mercado de KPO o tercerización de los procesos de
conocimiento, que requiere un talento humano y formación mucho más especializados,
explorando segmentos como el farmacéutico, ingeniería y la implementación de la telemedicina, entre otros.
El
avance en zonas francas para el sector salud, ha convertido a Colombia en un destino
de talla mundial para servicios médicos. Actualmente, en ciudades como
Medellín, Pasto o Bucaramanga se puede acceder a procedimientos de alta
complejidad como por ejemplo la revascularización coronaria por un valor aproximado
de 50 millones de pesos, con la misma calidad que en países como EE.UU donde el
mismo procedimiento asciende a 320 millones de pesos.
Las zonas francas en salud, con una inversión cercana a los $530.836
millones de pesos y la generación de 1.500 empleos directos, ofrecen múltiples beneficios
para nuestras regiones, tales como la implementación de tecnología de punta, la
mejora de infraestructura logística, hotelera y de transporte para acompañantes
y, por supuesto, la generación de empleo y la atracción de capitales los 12
meses del año.
De
lado, el desarrollo portuario brinda un completo panorama de oportunidades para
la región Caribe, permitiendo la creación de diez zonas francas aledañas a
estos, distribuidas en los departamentos de Bolívar, Atlántico, Magdalena y
Guajira, que operan como plataformas logísticas y parques industriales y
tecnológicos que manejan de forma eficiente diversos procesos como costos de
energía y transporte.
Las
zonas francas se
constituyen como una jugada maestra para la competitividad, impulsan la
industria y el comercio y harán que cada una de las regiones se abra a los
mercados internacionales.
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