jueves, 10 de abril de 2014

DESARROLLO REGIONAL Y COMPETITIVIDAD: EL CAMINO HACIA LA PROSPERIDAD

Colombia tiene su carta de navegación definida hacia la competitividad, la innovación, la productividad y por ende, hacia el crecimiento económico. Uno de los avances del Gobierno en esta materia se focaliza en la potencialización de nuestras regiones como motores y en la implementación del Plan de Desarrollo vigente.
En esta ruta hacia la prosperidad y el desarrollo regional, el Gobierno cuenta con instrumentos efectivos entre los que se destacan los Contratos Plan, liderados por el Departamento Nacional de Planeación, donde se pacta entre instituciones de nivel nacional y entes territoriales compromisos en programas y presupuestos para la ejecución de acciones que permitan avanzar en soluciones acordes con las necesidades prioritarias de cada región, las cuales implican un esfuerzo sostenido de varios años para superarlas. Continuidad que no se tenía.
En la actualidad, nuestro país cuenta con una Ley de Ordenamiento Territorial, además de otras apuestas novedosas de gran incidencia para las regiones como los proyectos derivados de la Ley de Asociaciones Público Privadas. Todos los anteriores, unidos a las Comisiones Regionales de Competitividad, constituyen una nueva caja de herramientas que facilita el diálogo nación - región.
La reforma de las regalías promovida por el Gobierno Nacional es, sin duda, la herramienta de mayor trascendencia y la que ha suscitado los mayores debates; no obstante, hay consenso en que la decisión de destinar el 10 % para la financiación de proyectos de ciencia, tecnología e innovación es una de las decisiones más relevantes que aportarán directamente al futuro de nuestras regiones.
Asimismo, se resalta la aprobación de recursos por cerca de 1,5 billones de pesos para la financiación de 198 proyectos de alto impacto en Ciencia, Tecnología e Innovación, entre los que se destacan iniciativas relacionadas con el apoyo al mejoramiento de la actividad agropecuaria, formación de alto nivel, desarrollo tecnológico e innovación industrial, entre otros.
En el debate sobre política pública es posible que se acentúe como tema central la necesidad de contar con proyectos acordes a las necesidades de las regiones y diferenciados. Es fundamental que el diálogo regional abra las puertas a la búsqueda de respuestas efectivas y continuas, y que permitan a los territorios invertir sus recursos de innovación en proyectos que impacten directamente su desarrollo productivo en la ruta hacia la prosperidad.
 El esquema del Sistema de Regalías en su concepción busca impulsar la prosperidad regional, a partir de proyectos que pretenden vincular a varios entes territoriales en pro de un proceso más estratégico de desarrollo. El fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación debe trascender a promover acciones que le permitan a la base empresarial regional ser más competitiva. Esta es una enorme oportunidad que definirá qué zonas del país avanzan más rápido, con un claro impacto en la calidad del empleo y en general en el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes.
Si bien, el principal asunto no es la carencia de recursos, estos tampoco son infinitos.  Por esta razón, su correcta utilización es una responsabilidad que implica la mayor reflexión por parte de las autoridades y los demás tomadores de decisión que participan de un proceso como el de regalías, para contar con proyectos útiles, que trasciendan y verdaderamente impulsen la senda del desarrollo regional, en especial procurando que por cuenta de su uso adecuado, la dependencia de los mismos sea cada vez menor.
De otra parte, las economías con mayor capacidad de competir, son aquellas basadas en el conocimiento, por ello, es fundamental que ese conocimiento trascienda hacia el sector productivo, con el fin de generar empresas que incorporen la innovación como determinante de su estrategia. Bajo esta premisa, el Gobierno tiene la responsabilidad de generar un entorno apropiado que lo permita, para lo cual trabaja en favor de su articulación con entidades territoriales, la academia y el sector privado, lo que se traduce en el fortalecimiento del Sistema Nacional de Competitividad e Innovación liderado por un Alto Consejero y que a través de espacios como el  Comité  Técnico Mixto de Innovación contempla tres áreas de desarrollo: Reglamentación, cambio estructural y articulación.
De igual forma, se está trabajando en un proceso de reconocimiento y recomendaciones al instrumento de mayor relevancia de inversión, como son los beneficios tributarios para fomentar la destinación de recursos del sector privado en Ciencia, Tecnología e Innovación.  Bajo esta línea el Gobierno Nacional en el 2012 asignó un cupo de inversión total de 1 billón de pesos y para el 2013 aprobó un cupo de 1.7 billones de pesos.

Finalmente, el Gobierno trabaja en la consolidación de convocatorias e instrumentos que se  divulgarán en un futuro Sistema Único de Información, cuyo propósito será la organización de la oferta institucional y ofrecerle a las regiones que la demanden facilidad en su conocimiento para responder de manera adecuada de cara a las necesidades del sector productivo.

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